Cuando nace un niño...como de costumbre...
se enciende una estrella, para que lo alumbre.
Pone Dios la mano sobre su cabeza
y es cuando la gracia de la vida empieza...
Le hace ver la imagen de su semejanza,
le habla en un lenguaje lleno de esperanzas...
Es de sus creaciones su mayor orgullo.
y como un capullo, al primer latido
se despierta el genio de un ángel dormido.
Pero luego el ángel, pasa a nuestro lado
en la piel de un niño triste...abandonado.
Es un cimbronazo para la conciencia,
como un gran fracaso que nos da vergüenza...
Meditemos todos y que sepa el hombre,
encontrar el modo, de honrar su nombre.
Porque sin memoria de ese bien perdido
volverá sin gloria de su propio olvido,
a buscar el ángel...su ángel dormido.
(Eladia Blázquez)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario