"Miguel, que trabajas para el resplandor de la verdad,
que vuestra protección permanezca conmigo.
La recibiré como un privilegio,
siempre respetando.
Permite que camine siempre con dignidad;
aparta de mí las ideas perversas;
haz de mí un amigo
que sepa discernir, comprender y nunca juzgar.
Ayúdame contra mis enemigos,
materiales o espirituales,
conscientes o inconscientes,
y expúlsalos.
Pues la verdad es tu signo.
Permite que mi intuición sea como
tu espada para darme protección.
Aparta de mí a las personas que quieran inducirme a los errores.
Mi corazón está unido al tuyo y a tu energía
que es mi verdad.
Haz de mí un mensajero fiel de la suprema verdad.
Amén".
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