La oración

La oración sucede cuando el corazón y la mente se dirigen a un Poder que saben y sienten superior -absolutamente- en busca de diálogo, comunica- ción, comunión. Cuando un impulso ancestral se abre paso desde las pro- fundidades del alma; espontáneo y voluntario, pero siempre desde la nece- sidad, la urgencia, el reconocimiento, restaurar la comunicación para res- tablecer la plenitud de la vida, la salud de cuerpo y alma. Desde tiempos remotos los seres humanos hemos intuido la presencia de ese Poder y a lo largo de la historia, en distintas culturas, bajo diferentes formas y nombres, con ritos o sin ellos hemos buscado dirigirnos a él, comprenderlo, sintonizar- lo, hallar su favor. Por doquier podemos encontrar las huellas de la oración, de ello pueden dar fe arqueólogos, antropólogos e historiadores. LA ORACION ES PARTE INSEPARABLE DE LA EXPERIENCIA HUMANA EN EL PLANETA. Desde las prácticas rudimentarias de nuestros primitivos ances- tros que concebían ese Poder como algo "allá afuera", hasta los sofisticados ejercicios espirituales de las tradiciones orientales que perciben la presencia de ese Poder también "aquí dentro" , en el interior del ser humano. Entre ambos extremos, las tradiciones espirituales más vastas y ricas combinan la concepción de ese Poder como absolutamente trascendente y al mismo tiempo presente en el corazón del alma humana. Ese Poder es la Divinidad, y a esa Di- vinidad nos dirigimos en oración. (Extraído de "Cómo orar para lograr lo que necesitas" - Ian Keegan).