Tradicionalmente, el Santo Grial es el cáliz, copa o vaso que usó José de Arimatea para recoger la sangre de Jesucristo en la cruz.. Además es la misma copa o vaso usado por Cristo en la Última Cena. José de Arimatea fue un personaje bíblico que, según la tradición cristiana, era propietario del sepulcro en que fue depositado el cuerpo de Jesús después de la crucifixión. Otras versiones lo señalan como el responsable del traslado del Sudario, el Santo Grial y otras reliquias desde Jerusalén a la colina de Glastonbury, Inglaterra, donde se había radicado.
Símbolo de la mayor felicidad celestial y terrenal y de la Jerusalén Celestial, representa el máximo grado de desarrollo espiritual sólo alcanzable por el ser humano puro y después de superar diversos obstáculos. Otras leyendas dicen que el Grial es una piedra que escapó de la corona de Lucifer en su caída del cielo; es decir, el último residuo de lo que alguna vez fuera el paraíso. Por eso, la búsqueda del Grial es la búsqueda de los bienes celestiales. En el ámbito de la psicología es un elemento de lo femenino, de lo receptivo; también una suerte de matriz espiritual para todos los que se entregan al misterio. (Diccionario de Símbolos)
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