UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

mayo 15, 2010

Encontrarnos con nuestro Ángel Guardián

En respuesta a una consulta de Eduardo
El ángel nos llega cuando estamos esperándolo, cuando anhelamos recibirlo. No es más que sentir su proximidad, ya que él está ahí. Darle permiso para que entre en nuestras vidas. Recibirlo con una bienvenida y dejarnos envolver en sus alas.
Hay muchas maneras de convocar la presencia de los ángeles y todas tienen un factor común: "el aquietamiento interior". Necesitamos un silencio interno, un espacio al que el ángel pueda arribar. Si nuestra mente está ocupada con pensamientos incesantes que no podemos detener, no daremos cabida a la voz de los ángeles. Por eso, es indispensable la práctica del silencio. No sólo del silencio exterior, sino del silencio interior. Si vivimos aturdidos no podremos enterarnos de nada, al menos de nada que sea de verdadera importancia para nosotros. El aturdimiento nos aleja de nuestro propio bienestar y armonía. Por el contrario, el aquietamiento interior traerá armonía en nuestro entorno (familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.). "Tal como es afuera, es adentro". Vemos a nuestro alrededor, lo que llevamos dentro. Lo que somos es lo que vemos. Si nuestro estado interno es caótico, no veremos más que caos en todo los que nos rodea (país, trabajo, familia, etc.). Todo empieza "por casa". Si nuestro mundo interno está desordenado, no haremos más que andar llevando desorden a todo lugar donde vayamos. Si estamos temerosos, llevaremos temor a los otros. Por eso es de vital importancia comenzar a ocuparse de uno mimo en primer término. "...lo demás os será dado por añadidura. Si estamos en paz y armonía, todo a nuestro alrededor comenzará a vibrar en esa misma sintonía. "Lo semejante atrae a lo semejante".
(Graciela Iriondo)

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