
Repite la idea de hoy y luego añade varios de los atributos que asocias con ser un Hijo de Dios, aplicándotelos a ti mismo. Una sesión de práctica, podrá consistir en lo siguiente:
"Soy bendito por se un Hijo de Dios.
Soy feliz y estoy en paz; soy amoroso y estoy contento".
Otro, podría ser:
"Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
Estoy calmado y sereno; me siento seguro y confiado".
Si solo dispones de un momento, basta con que simplemente te digas a ti mismo que eres bendito por ser un Hijo de Dios.
(De "Un Curso de Milagros")
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