Conexión con el mundo espiritual y el cielo.... los cristales y gemas han sido utilizados durante miles de años como adornos físicos y también para decorar, sanar, proteger y celebrar rituales mágicos y ceremonias religiosas. Son los especímenes más estables y organizados de la materia en el mundo natural y representan el estado de menor entropía (desorden) posible. Todas las estructuras cristalinas están formadas por átomos ordenados tridimensionalmente y siguiendo una secuencia matemáticamente precisa. Esta estructura de cristalización confiere un alto nivel de estabilidad. También da a los cristales sus colores únicos, dureza y propiedades físicas, geométricas y sutiles. Las gemas y cristales tienen asombrosa capacidad de absorber, almacenar, reflejar e irradiar luz en forma de campos inteligentes de energía estable o resonancia cristalina, de manera coherente y, enfocada a los sistemas de energía disfuncional, se les devuelve la estabilidad y el equilibrio. Los cristales nacieron del útero de la madre Tierra, lo que les da su aura única de magia y misterio. Nunca pierden su color, brillo, belleza o valor, y en muchas de las antiguas civilizaciones esto los alineaba con el mundo de los espíritus y con el cielo. Según las pruebas de que disponemos, el empleo de cristales o gemas en joyería se remonta al menos a la era del Paleolítico. Los primeros relatos escritos de la sanación con cristales proceden, posiblemente, de los antiguos egipcios, quienes poseían recetas detalladas sobre el uso de las gemas o cristales, como la malaquita para sanar. Aún tenemos los textos de los eruditos ayurvédicos y tántricos del subcontinente indio que conocían el asombroso potencial de las piedras preciosas. Se "prescribían" para proteger de las influencias planetarias negativas y podían llevarse puestas como joyas o bien ingerirse oralmente como pastas u óxidos para influir en el aura, además de operar a través en los sistemas nervioso, linfático y por los nadis (canales energéticos por los que fluye el prana o energía vital). Los cristales se mencionan muchas veces en la Biblia y en los círculos metafísicos se cree que ciertos cristales están sintonizados de manera natural con el reino angélico. Dicho alineamiento se debe a su color, a su apariencia angélica o a su nombre, como angelita o celestita. También puede deberse a su alto nivel de resonancia que sintoniza de manera natural a quien los lleva con los reinos espirituales más elevados. (Extraído de "La Biblia de los ángeles" de Hazel Raven).
UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....
noviembre 01, 2007
Magia de los cristales
Gemoterapia
Conexión con el mundo espiritual y el cielo.... los cristales y gemas han sido utilizados durante miles de años como adornos físicos y también para decorar, sanar, proteger y celebrar rituales mágicos y ceremonias religiosas. Son los especímenes más estables y organizados de la materia en el mundo natural y representan el estado de menor entropía (desorden) posible. Todas las estructuras cristalinas están formadas por átomos ordenados tridimensionalmente y siguiendo una secuencia matemáticamente precisa. Esta estructura de cristalización confiere un alto nivel de estabilidad. También da a los cristales sus colores únicos, dureza y propiedades físicas, geométricas y sutiles. Las gemas y cristales tienen asombrosa capacidad de absorber, almacenar, reflejar e irradiar luz en forma de campos inteligentes de energía estable o resonancia cristalina, de manera coherente y, enfocada a los sistemas de energía disfuncional, se les devuelve la estabilidad y el equilibrio. Los cristales nacieron del útero de la madre Tierra, lo que les da su aura única de magia y misterio. Nunca pierden su color, brillo, belleza o valor, y en muchas de las antiguas civilizaciones esto los alineaba con el mundo de los espíritus y con el cielo. Según las pruebas de que disponemos, el empleo de cristales o gemas en joyería se remonta al menos a la era del Paleolítico. Los primeros relatos escritos de la sanación con cristales proceden, posiblemente, de los antiguos egipcios, quienes poseían recetas detalladas sobre el uso de las gemas o cristales, como la malaquita para sanar. Aún tenemos los textos de los eruditos ayurvédicos y tántricos del subcontinente indio que conocían el asombroso potencial de las piedras preciosas. Se "prescribían" para proteger de las influencias planetarias negativas y podían llevarse puestas como joyas o bien ingerirse oralmente como pastas u óxidos para influir en el aura, además de operar a través en los sistemas nervioso, linfático y por los nadis (canales energéticos por los que fluye el prana o energía vital). Los cristales se mencionan muchas veces en la Biblia y en los círculos metafísicos se cree que ciertos cristales están sintonizados de manera natural con el reino angélico. Dicho alineamiento se debe a su color, a su apariencia angélica o a su nombre, como angelita o celestita. También puede deberse a su alto nivel de resonancia que sintoniza de manera natural a quien los lleva con los reinos espirituales más elevados. (Extraído de "La Biblia de los ángeles" de Hazel Raven).
Conexión con el mundo espiritual y el cielo.... los cristales y gemas han sido utilizados durante miles de años como adornos físicos y también para decorar, sanar, proteger y celebrar rituales mágicos y ceremonias religiosas. Son los especímenes más estables y organizados de la materia en el mundo natural y representan el estado de menor entropía (desorden) posible. Todas las estructuras cristalinas están formadas por átomos ordenados tridimensionalmente y siguiendo una secuencia matemáticamente precisa. Esta estructura de cristalización confiere un alto nivel de estabilidad. También da a los cristales sus colores únicos, dureza y propiedades físicas, geométricas y sutiles. Las gemas y cristales tienen asombrosa capacidad de absorber, almacenar, reflejar e irradiar luz en forma de campos inteligentes de energía estable o resonancia cristalina, de manera coherente y, enfocada a los sistemas de energía disfuncional, se les devuelve la estabilidad y el equilibrio. Los cristales nacieron del útero de la madre Tierra, lo que les da su aura única de magia y misterio. Nunca pierden su color, brillo, belleza o valor, y en muchas de las antiguas civilizaciones esto los alineaba con el mundo de los espíritus y con el cielo. Según las pruebas de que disponemos, el empleo de cristales o gemas en joyería se remonta al menos a la era del Paleolítico. Los primeros relatos escritos de la sanación con cristales proceden, posiblemente, de los antiguos egipcios, quienes poseían recetas detalladas sobre el uso de las gemas o cristales, como la malaquita para sanar. Aún tenemos los textos de los eruditos ayurvédicos y tántricos del subcontinente indio que conocían el asombroso potencial de las piedras preciosas. Se "prescribían" para proteger de las influencias planetarias negativas y podían llevarse puestas como joyas o bien ingerirse oralmente como pastas u óxidos para influir en el aura, además de operar a través en los sistemas nervioso, linfático y por los nadis (canales energéticos por los que fluye el prana o energía vital). Los cristales se mencionan muchas veces en la Biblia y en los círculos metafísicos se cree que ciertos cristales están sintonizados de manera natural con el reino angélico. Dicho alineamiento se debe a su color, a su apariencia angélica o a su nombre, como angelita o celestita. También puede deberse a su alto nivel de resonancia que sintoniza de manera natural a quien los lleva con los reinos espirituales más elevados. (Extraído de "La Biblia de los ángeles" de Hazel Raven).
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