San Miguel Arcángel

Este arcángel cuenta con títulos como Comandante en Jefe de las Huestes Celestiales, Ángel Guardían de la Tierra, Ángel Guardián de la Iglesia, Ángel Guardián del Estado de Israel y Guardián de Jacob, Santo Ángel de la Zarza Ardiente, Príncipe de la Presencia, Príncipe de Dios, Príncipe de la Luz, Príncipe de las Virtudes, Príncipe de los Serafines, Príncipe de los Arcángeles, Príncipe Regente del Cuarto Cielo, Ángel de la Rectitud, Ángel de la Compasión, Ángel de la Misericordia, Ángel de la Justicia, Ángel de la Santificación, Ángel del arrepentimiento, Guardián de la Paz, Arcángel del Sur, Regente del Verano, Representante del elemento fuego y Protector Divino. Los dones que lo caracterizan son: el valor, justicia, lealtad, fe, humildad y generosidad, así como el fuego que está asociado a su divina presencia, son herramientas que podemos utilizar en nuestras vidas en cualquier momento y circunstancia. Esta obra divina que Dios creó para nosotros en Miguel con tal solo llamarlo, nos libra desde momentos que nuestra humanidad considera difíciles hasta de terribles situaciones. Él, con su divino fuego tiene el poder de quemar todo lo falso que se atraviese en nuestro andar. Al invocarlo trae justicia cuando la necesitamos, así como paciencia cuando estamos cruzando por una prueba divina, entendiéndose por paciencia, la ciencia de la paz. Cuando no sabemos que rumbo tomar en nuestras vidas, él nos puede aconsejar hacia donde caminar y hasta donde puede otorgarnos un cambio rotundo que nos haga crecer como personas. Con su sagrada luz nos libera de enemigos internos y externo. No hay mal que se resista a Miguel y es tan grande que es una presencia indispensable para alejar pensamientos negativos, tristeza, desesperanza, falta de fe en uno mismo. Trata de saludar a Miguel Arcángel junto con los otros coros celestiales, en especial los domingos, que es su día. (Extraído de la web - Desconozco su autor).