Ángel de la Guarda, protégeme del temor, alivia mi miedo. Dame fuerzas para enfrentarme a lo desconocido y a lo conocido. Que haya luz donde haya sombras, que haya paz donde hay temor, que haya valor donde hay miedo. Dame, Oh, Ángel Custodio, la fuerza de mil leones para enfrentarme al lobo del mal. Dame luz para alumbrar el camino del bien. Dame mil escudos para protegerme de eso o de esos que me quieren destruir. Muéstrame como ser valiente, para limpiar mi corazón de temores y fracasos. Guíame porque tú eres el mensajero de la luz, para que mi corazón se purifique del miedo y pueda encontrar el amor, la alegría y la felicidad. Oh, mi Dios, permite a tu mensajero, mi Ángel de la Guarda, que me asista en todo momento, que me sostenga en medio de la adversidad para que el temor no sea ni siquiera una sombra. Alabado sea el Señor en nuestros corazones. Amén (Extraída de la web).
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