Los 4 elementos de la astrología (fuego, tierra, aire y agua) son los básicos bloques de construcción de todas las estructuras materiales y tonalidades orgánicas. Cada elemento representa un género básico de energía y consciencia que opera dentro de cada uno de nosotros. Como tal la física moderna demostró que la energía es materia, estos 4 elementos se entretejen y combinan para formar toda la materia. Cuando la chispa de vida abandona un cuerpo humano al morir, todos los 4 elementos se disocian y regresan a su estado prístino. Es sólo la vida misma, que se manifiesta en una totalidad orgánica y viva, la que mantiene juntos a los 4 elementos. Esos 4 están en toda persona, aunque cada persona esté más armonizada con algunos tipos de energía que otros. Cada uno de los 4 elementos se manifiesta en tres modalidades vibracionales: cardinal, fija y mutable. De allí, que cuando combinamos los 4 elementos con las 3 modalidades tenemos 12 pautas primarias de energía que se llaman los signos zodiacales.
Los signos zodiacales se llamaron también "campos de energía", pautas arquetípicas, etc.
Todas son denominaciones de la misma realidad. Estos principios formativos universales son las realidades vivas que la astrología simboliza y son idénticos a los "arquetipos" de Jung.
Un modo de entender las diversas pautas energéticas representadas por los signos zodiacales es analizarlas en términos de sus modalidades.
Los signos cardinales, representan energía centrífuga irradiante y se correlacionan con el principio de acción en una dirección definida. Los signos cardinales positivos, Aries y Libra, se interesan por la acción en el presente, basadas en consideraciones futuras. Los signos cardinales negativos, Cáncer y Capricornio, se interesan por el pasado (Cáncer siente amor por las antiguedades y el hogar y Capricornio por la tradición y la historia).
Los signos fijos representan las fuerzas centrípetas, o sea la energía que se irradia hacia adentro, rumbo al centro. Estos signos se asocian con el principio de la inercia en sus manifestaciones mundanas, pero también se conocen por los grandes poderes de concentración y perseverancia cuando cuando la energía se usa para una actividad creadora y un desarrollo espiritual. Los signos fijos están muy centrados en el aquí y ahora. La conexión de los signos fijos con las doctrinas esotéricas y el desarrollo espiritual surge de las gran concentración de energía de esos signos, la cual se irradia constantemente dentro de la persona.
Los signos mutables se correlacionan con el principio de la armonía y pueden concebirse como pautas espirales de energía. Piscis y Virgo simbolizan espirales de energía dirigidas hacia abajo; así estos signos se conectan de algún modo con el pasado, Piscis con el "Karma" pasado y Virgo con las crisis pasadas en el desarrollo de la personalidad. Géminis y Sagitario simbolizan espirales de energía dirigidas hacia arriba; son signos que orientan hacia el futuro, dando lugar a las tendencias proféticas de los sagitarianos y a las especulaciones interminables de los de Géminis. (Stephen Arroyo).
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