Difunta Correa - Su historia

María Antonia Deolinda Correa era el verdadero nombre de esta joven mujer, nacida en San Juan, en la localidad de Vallecito. A corta edad, tanto Deolinda como su hermana se habían casado con los hermanos Bustos, quienes eran sobrinos del gobernador federal don José María Echegaray, sin saber los profundos sufrimientos que les deparaba el futuro a ambas parejas, debido a la situación política por la que atravesaría el país. La hermana de la difuntita, ya había perdido a su marido asesinado en la cárcel, en junio de 1830 y unos años después es Deolinda quien ve como los hombres del Gral.Lamadrid, caudillo unitario, se llevaban a su marido. Fue entonces cuando desesperada Deolinda, se lanza al desierto con su pequeño hijo en brazos, siguiendo la huella de aquel ejército por la travesía entre Valle Fértil y La Rioja. Tratando de salvar a su marido, en el camino fue consumiendo sus provisiones de charqui, higos, patay y agua....muy pronto también se le agotaron las provisiones de tunas con las cuales engañaba a su sed. Fue entonces cuando se cree que masticó raíces amargas y comió tierra. Recorrido ya buena parte del camino, su cuerpo extenuado, entre la desesperación y los espejismos, no pudo seguir más. Unos arrieros la encontraron debajo del impiadoso sol sanjuanino y quedaron conmovidos ante la visión de aquella mujer hermosa, cuyo cadáver protegía a su chiquito que mamaba de su pecho. Con infinita piedad los arrieros la sepultaron en el lugar poniendo sobre su tumba una simple cruz de algarrobo y un nombre..."Difunta Correa", porque de su cuello pendía una medalla con ese apellido.