UN PASEO PARA CONOCER EL MUNDO DE ESTOS SERES MARAVILLOSOS .....

febrero 28, 2008

Conciencia de prosperidad

La conciencia de la prosperidad tienes que formarla. Primero tienes que ir negando todas las viejas y falsas ideas de carestía, de restricción, de dependencia en los canales fijos. La idea de que algo es muy caro proviene del estado de nuestra bolsa y ésta depende del estado de tu conciencia. Cada vez que tengas un deseo o una necesidad y que te encuentres comparando lo que tienes en la cartera con el costo de lo que estás deseando o cuando tus hijos te pidan que les compres algo, en lugar de decir "no hay plata", di: " Vamos a pensar que Dios nos lo quiere dar y que sólo está esperando el momento para darnos la sorpresa". Esto te irá formando la conciencia de la prosperidad. Aprende éste pensamiento de memoria y repítelo mentalmente o a viva voz. Tú ya sabes que la Verdad es que en el espíritu todo está ya dado, concedido, esperando que lo reclames y que por eso enseñamos a dar las gracias antes de que aparezca. El subconsciente no tiene discernimiento. Para él tu palabra es ley. Lo que te oye decir, lo que ve en tu pensamiento, el cuadro que te imaginas, son órdenes que él se esmera en cumplir con la más pronta exactitud. Las altas vibraciones de la Verdad desmoronan lo cristalizado en el subconsciente. La afirmación simple, infantil que se menciona aquí para aprender de memoria, encierra una triple intención. La primera que te vayas formando la idea de que todo proviene de Dios o sea de la sustancia divina y se te vayan quitando esas ideas de los canales fijos. La segunda, a que te vayas acostumbrando a que la voluntad de Dios es magnánima; que Dios ansía que tengas precisamente ESO que estás necesitando o deseando, porque el deseo y la necesidad de algo se producen en el momento que se está preparado para gozarlo o aprovecharlo. Ni un momento antes ni un momento después. Y si eso que deseas no lo tienes ya, es porque tu subconsciente es el que lo está rechazando y haciéndolo esperar por considerarlo prohibitivo para ti. La tercera intención que lleva la afirmación que te di está en la frase "... y sólo está esperando el momento para darnos la sorpresa". La demostración siempre está hecha y preparada para aparecer. Sólo está esperando el momento oportuno. (Extraído de "Manual de prácticas metafísicas" - Jorge Hartkpof).

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